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martes, 29 de noviembre de 2016

Prólogo "¿Tomo un café o tomo tu vida?"

Comparto con todos vosotros el prólogo de mi próximo “¿Tomo un café o tomo tu vida?”, que ha escrito mi amigo, poeta y editor José Membrive, que gran honor para mí.

¿Tomo un café o tomo tu vida?
De Luis Anguita Juega.

¿Un libro valiente o provocador?

El título de este libro puede parecer un tanto osado, incluso un pelín provocador, pero a veces, ante una situación sangrante, hay que levantar la voz y eso es exactamente lo que hace Luis Anguita en esta novela: gritar fuerte, en todos los aspectos, poner en marcha unos personajes que encarnan la gran contradicción, el gran desgarro entre sexualidad y amor que afecta a la estabilidad emocional de esta generación que ronda los 40 años.
Fiel a su trayectoria, Luis Anguita nos presenta unos personajes que, a corazón abierto, se enfrentan a las duras aristas de la vida sin renunciar a su búsqueda de la felicidad.

Lo novedoso, tal vez por lo sangrante del tema, es la fuerza descarnada, la intensidad vital, la valentía con la que los personajes afirman que la sexualidad es un condimento esencial e irrenunciable en esta búsqueda.

La desarmonía entre el sexo y el amor está ocasionando regueros de angustia interna a una generación que se aproxima a la madurez acorralada entre la espada de la gran represión que sufrieron sus padres y la inexistente pared de la banalización de la sexualidad propiciada por un consumismo ególatra y miope.

El drama está servido y, como siempre que gozamos de una de sus novelas, los lectores de Luis Anguita nos convertimos en personajes vivientes del argumento que él, con lucidez y gran sensibilidad, extrae de la propia vida.

Luis Anguita parece inspirarse en las páginas de nuestro calendario interior. Pero los grandes escritores están para eso: para penetrar en el alma colectiva y tratar de formular salidas a los miedos, anhelos e ilusiones de una parte de la población. Confundir la sexualidad con el amor, es confundir la piel con el corazón, una epidemia que se cierne sobre nuestra sociedad. Menospreciar la sexualidad es otra trampa antigua que afecta a los cimientos del amor.

Estos malentendidos, tan abrumadoramente presentes en la sociedad y que, a la postre, desembocan en inestabilidad emocional, inseguridad familiar y violencia de género, constituyen el marco en donde los personajes Jorge, Laura, Miguel, Silvia, Jaime, se mueven, cada uno a su manera en una búsqueda común de la clave de la felicidad: el amor.

La fuerte presencia de las relaciones sexuales a lo largo de las páginas revela una clara apuesta por lo vital, una afirmación del derecho al placer de una generación que cada vez consume más somníferos y ansiolíticos.

Hermosísimas historias se entrecruzan en donde, en última instancia, los personajes, atravesando cada cual su oscuro túnel, van encontrando su camino.

Con esta obra, Luis Anguita da un paso a la vez lúcido y valiente. Sus personajes entran con descaro y vitalidad abriendo ventanas, dejando entrar el aire fresco de la jovialidad, cortando ataduras, reivindicando nuevas nupcias con la vida feliz. Al fin y al cabo, la auténtica felicidad, vienen a demostrarnos, está en nuestro entorno más íntimo, aunque para dar con ella, a veces, sea necesario desnudar el corazón y, erguidos, dar un paso al frente.”


jueves, 17 de noviembre de 2016

Booktrailer con la sinopsis de "¿Tomo un café o tomo tu vida?"

Cuando te hacen un booktrailer de mi próximo libro “¿Tomo un café o tomo tu vida?”, como el que me acaba de enviar Eva María Maisanava Trobo, me quedo sin palabras y lleno de agradecimiento.


Cuando te hacen un booktrailer de mi próximo libro “¿Tomo un café o tomo tu vida?”, como el que me acaba de enviar Eva María Maisanava Trobo, me quedo sin palabras y lleno de agradecimiento.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Gracias por el regalo

-Gracias por el regalo que me has dado.

-Pero si no te he comprado nada.

-Me has regalado tu atención, tu mirada, tu sonrisa.

Él que se había sentido toda la vida perdido, se estremeció con sus palabras.

La agarró por la cintura y la miró de cerca.

Y supo que era allí, con ella, donde quería estar.